Esta semana quiero hablar de las personas que no creen en Dios y que por lo tanto viven haciendo lo que ellos quieren, pero dándole otro enfoque, uno en el que lo llevemos a nuestras vidas como cristian@s.
Comencemos diciendo que, en su forma más básica la persona atea es aquella que dice no creer en Dios y obviamente lo demuestra a través de sus actos. De hecho la palabra ateo proviene de dos palabras, a = sin y teo = Dios, lo que significa que es una persona sin Dios.
Ahora esto que acabamos de hablar se ve muchas veces reflejado en nuestras vidas porque el pecado que nos envuelve muchas veces es consciente, es decir, pecamos aunque sabemos de Jesús y de las consecuencias que traerá a nuestra vida el hacerlo.
Y algo que me a pasado, es que en ciertas ocasiones me he sentido tan atrapado por mis pecados que no he encontrado una forma de acercarme a Dios y más bien me he alejado mas de Él por sentir que estaba tan manchado por la verguenza y pecado que Dios no quería verme. Nada más alejado de la verdad, pues nosotros necesitamos a Dios como al oxígeno, porque sin Él no podemos vivir.
"Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada."
Juan 15:5
Sin embargo, much@s damos la espalda a Jesús porque creemos que no lo necesitamos en ciertos momentos de nuestras vidas, porque no queremos atarnos a reglas que no nos gustan y que van en contra de todo lo que queremos hacer y no es sino hasta cuando llegan problemas a nuestras vidas que regresamos a ver al Señor.
Y no es malo el que regremos a Dios en los problemas, sino que much@s lo hacen con una actitud arrogante, como si Dios les debiera solucionar sus problemas porque es su obligación, y que de hecho son producto de los que ellos mismos han ocasionado por su desobediencia. Y es cuando escuchamos a personas decir: si en verdad Jesús me amas pues entonces sana a mi hij@, libérame de las drogas, sácame de la cárcel, etc.
Dios no está esperando que lleguemos hasta ese punto de nuestras vidas para darnos la paz que necesitamos, sino que a lo largo de nuestra vida ha estado tratando de acercarse a nosotros, pero no lo puede hacer si tu decides por tu cuenta darle la espalda a Jesús y seguir haciendo lo que te plazca y esperar hasta cuando ya no puedas más con tu pecado para regresarlo a ver; y tal vez en ese punto ya sea demasiado tarde.
"Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos."
Juan 15:5-8
Dios no quiere que seamos unos cristian@s a medias, que solamente regresemos a verlo en los problemas, sino que quiere mantener una relación con nosotros todos los días de nuestra vida. ¿Que tal si en vez de hacer lo que nos plaza, le preguntamos primero a Él si lo que vamos a hacer nos traerá bendición o más problemas?
Dios te bendiga
DC