29 de septiembre de 2013

Dios el dueño de todo

En entradas anteriores ya hemos tocado el tema del dinero, analizando si en realidad el dinero es malo, conociendo lo que Dios nos dice acerca de las deudas y de como podemos caer en una mala administración financiera. Y en esta oportunidad vamos a ver algunos principios bíblicos sobre finanzas.

Comencemos sin más, definiendo lo más importante para tener una correcta administración del dinero y recursos, que es reconocer que nada, pero nada nos pertenece. Es decir, en realidad no son tus cosas, tu celular, tu dinero, tu auto, tu casa, etc.

Y aquí probablemente muchas personas comiencen a extrañarse de lo que digo, pero déjenme explicarles. Si te pones a pensar en lo que en realidad has conseguido en tu vida por tu propia cuenta, es decir, sin la ayuda de nadie; te darás cuenta que nada de eso es tuyo en realidad, porque aunque nadie te ha ayudado a conseguirlo, fue Dios quien te proveyó el trabajo, el dinero o los recursos para adquirir eso que dices que es tuyo. Y por otro lado, si te pones a pensar con cuantas cosas llegaste a este mundo y con cuántas te vas, tal vez se te haga más fácil comprender lo que estoy diciendo.

Aquí debo hacer un paréntesis, porque puede que no solamente estén leyendo personas cristian@s sino que también personas incrédulas, es decir, que no creen ni viven para Jesús. Para estas últimas, debo decirles que no me van a entender y de hecho van a estar en desacuerdo conmigo en su mayoría, y esto es básicamente porque ciertas enseñanzas de Jesús no es para tod@s.

Pues bien, continuemos con los que todavía siguen hasta este punto. Como decía lo más importante es comprender que nada es nuestro; con lo que llegamos a nuestro primer principio:

"Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad.
Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra.
Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo.
De ti proceden la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo.
En tus manos están la fuerza y el poder, y eres tú quien engrandece y fortalece a todos.
Por eso, Dios nuestro, te damos gracias, y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas."
1 Crónicas 29:11-13

Esta fue la oración que David, el rey de Israel, hizo por la ofrenda que presentó el pueblo para la construcción del templo del Señor (te recomiendo leer todo el capítulo). Es ese corazón el que como cristianos debemos tener, el darnos cuenta que nada de lo que Dios a puesto en nuestras manos es nuestro, sino que por su misericordia es que hemos llegado a vivir en donde vivimos, comer lo que comemos, vestir lo que vestimos y tener lo que tenemos.

Sin este primer principio, nada de lo que sigamos hablando sobre este tema va a tener sentido, porque así como Dios no quiere solamente tu corazón los domingos por la mañana sino todos los días, así nosotros no podemos pensar que estando bien en el resto de cosas de nuestra vida pero negando que Dios nos ha proveído de todo lo que tenemos podemos vivir como cristian@s verdaderos.

La siguiente semana continuaremos, Dios te bendiga.
DC

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