Así como nosotros necesitamos de agua para vivir; el cristian@ necesita de Dios. No podemos vivir tranquilos si es que estamos en pecado; sabremos que no estamos haciendo lo correcto porque no tenemos paz.
Todo puede que sea lindo o lo disfrutes en ese momento, pero es hasta que en tu mente pasan las razones por las que no deberías haberlo hecho o estar en ese lugar cuando toda esa felicidad se convierte en culpabilidad. Pues si sabes que lo vas a hacer o estás haciendo está mal ante los ojos de Dios, definitivamente eso no deberías hacerlo.
Pero somos nosotros que decidimos voluntariamente alejarnos de Dios, haciendo, diciendo, pensando o actuando de manera contraria a como Dios nos manda. Lo importante es que comprendamos que a la manera de Dios es la mejor manera. Nada de este mundo podrá compararse con la bendición que tenemos al obedecerlo, y sobre todo porque si cumplimos lo que Dios nos dice nos evitaremos esas consecuencias malas que llegan a nuestra vida por nuestras malas decisiones.
- afirma el Señor - Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!”
Isaías 55:8-9
Pero Dios siempre estará esperando que nosotros nos acerquemos a Él, pese a los errores que tenemos o pecados que hayamos cometido, porque Dios no desprecia a un corazón arrepentido. En ese momento será cuando Dios tome el control de nuestra vida para cambiarla, así creas que has cometido el pecado más grande o imperdonable.
“Porque para Dios no hay nada imposible”
Lucas 1: 37
Si deseas que Jesús cambie tu vida pese a tus pecados, pese a todo lo que hayas hecho solo arrepiéntete, cambia tu vida, tu manera de vivir, de pensar, de actuar, para hacerlo a la manera de Dios.
Dios te bendiga
DC
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