24 de julio de 2011

Altaner@, altiv@ o soberbi@

Es aquella persona que se muestra distante y orgullos@ por creerse más importante que los demás, especialmente al hablar y/o comportarse.


Y de verdad que este tipo de personas caen mal.

Por favor si tu tienes esta actitud date cuenta que el daño te lo haces a ti mismo, que tus actitudes no te permitirán tener una buena relación con los demás y sobre todo que no tendrás bendiciones de parte de Dios en tu vida.

Pero si nada de esto te importa y crees que lo que haces, tu forma de ser y pensar está bien; es cuestión de tiempo para que Dios te muestre que estás mal, pero lastimosamente aprenderás a la mala.

Y si te das cuenta que tienes esta actitud y quieres cambiar, recuerda cómo fue el caracter de nuestro Salvador Jesucristo, el cual pese a los insultos, golpes, y demás no reaccionó de la misma manera; que al ser hijo de Dios tenía todo el poder para matar a los que le ofendían o de creerse (y con toda razón) más que todos en este mundo, pero no lo hizo porque Jesús nos enseñó la humildad a través de su ejemplo.

Y por último medita en este pasaje:

Porque Dios humilla a los altaneros, y exalta a los humildes.
Job 22: 29

Dios te bendiga
DC

3 de julio de 2011

Confrontación


El tema de esta semana es confontación. Y se refiere al hecho de que muchas veces cuando estamos en pecado y queremos conversar con Dios sentimos que no nos escucha (o es lo que creemos), pero en realidad es que Dios no puede hacerlo por el pecado que nos a separado. Y me refiero a cualquier pecado como mentir, robar, pelear, engañar, etc.

Pero en ciertas ocasiones Dios nos confronta por medio de otras personas como un pastor, padre, amigo, madre, herman@, etc. Y generalmente reaccionamos de manera agresiva, como consecuencia del pecado porque creemos que no nos pueden decir nada.

Esta es la actitud que tuvo el Rey Josafat cuando se refierió a Micaías, profeta del Señor.

El Rey de Israel le respondió: - Todavía hay alguien por medio de quién podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; sólo me anuncia desastres. Se trata de Micaías hijo de Imlá.
2 Crónicas 18:7.

Debemos recordar que es nuestra obligación pedir perdón a Dios por nuestras ofensas, y cambiar de actitud como lo mencioné anteriormente en otra entrada, pero además pensemos que si Dios nos confronta es para ayudarnos a dejar atrás nuestros malos hábitos, yo sé que no es fácil y que con palabras suena sencillo, pero no por eso debemos tener una actitud de orgullo al no querer escuchar que estamos en pecado.

Dios te bendiga
DC