11 de mayo de 2014

Feliz dia mamita

Esta semana permítanme no escribirles a ustedes mis amigos y herman@s en Cristo, sino escribirle a mi madre. A la mujer que Dios a puesto para ser mi guía en esta corta estancia en la tierra.

Y con mucho respeto decirles que tomen si ustedes así lo consideran solo lo mejor de esta carta para decirle a su madre si lo pueden hacer. Recordando que el tiempo que podemos contar con ellas en esta tierra es finito y que es mejor aprovechar el tiempo con las personas que amamos, para que luego no nos arrepintemos llorando sobre una tumba que ya no nos podrá responder ni abrazar.

Esta es una carta que quiero dedicarla a mi madre, y quise hacerla pública con la idea de decirle que le amo sin verguenza y por supuesto, como ustedes comprenderán, hacer un pequeño detalle para ella.

Antes de empezar, quiero traer a colasión el siguiente pasaje de la Biblia para que juntos recordemos y meditemos en la calidad de hij@s a los que estamos llamados a ser y los que en realidad somos. No digo y no me mal interpreten, que soy el hijo perfecto, sino que esto es simplemente un detalle para mi madre antes que Dios la llame a su presencia.

"El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo necio es el pesar de su madre."
Proverbios 10:1

Dios les bendiga
DC

Mi mamita linda:

Quiero empezar esta carta diciendo que usted es no sólo mi madre sino mucho más; es mi amiga, mi consejera y mi ejemplo. A pretexto de este día quiero escribir esta carta pública para tratar de explicar con palabras lo que significa y es para mí.
Dios designó que usted llegue a ser la primera mujer a la que amara, a la que respetara y a la que cuidara. Y así será hasta que Él permita que forme mi propia familia, pero tenga por seguro mami que no dejaremos de hablar ni de vernos, porque a pesar que los deje a ustedes como mis padres para unirme a mi esposa, no me olvidaré de ustedes como mis padres. Que mayor ejemplo que el que usted me dio al cuidar de esa manera a su mamá, no sólo me enseñó como debo amar y cuidar a mis padres, también me enseñó que el amor de Dios debe empezar con los de mi misma casa.

No voy a decirle que lo que soy ahora lo soy por usted, porque no soy nadie sin la justificación de mi Salvador Jesús, pero si quiero decirle que lo que quiero llegar a ser es el hombre en que usted se sienta complacida, en que no se averguence de las cosas que hago o digo, y en el hombre de Dios que ame a su Dios y por lo tanto a su familia y sus padres.

Como no darle gracias y con mucha alegría por su vida a mi Dios, definitvamente este es una muestra del amor que me tiene al permitirme verle por las mañanas y las noches, pedir su bendición para cada día y en cada llamada. Pues mientras usted siga conmigo quiero llenar de momentos felices su vida y nuestra relación.

Es verdad que a veces no soy el hijo que debo y quiero ser y por eso le pido disculpas, sin que esto signifique que no me arrepienta por todo lo que he hecho en el pasado. Pero no quiero terminar esta carta de esta manera, sino diciéndole que LE AMO MAMI con mis errores y aciertos, pero con el ánimo y deseo de ser una persona que cause alegría en su vida y en el que puede contar en cualquier circunstancia.

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