¿Alguna vez te ha pasado que al orar pidiendo a Dios un consejo para tomar alguna decisión, la respuesta no llega rápido? Pues generalmente pasa que perdemos esa paciencia para esperar la respuesta de parte de Dios. Y como consecuencia, tomamos nuestra decisión sin esperar lo que Dios nos quiere decir.
"Guarda
silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites
ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados."
Salmos 37:7
Para ilustrar lo que quiero decir, te quiero contar lo que me pasó en mi trabajo hace poco. Dios me dio la oportunidad de ingresar a esta empresa con un sueldo que todavia no estaba definido. Y tenía dos opciones básicamente, la primera era confiar en Dios y dejar que él se encargue y de esta manera me ofertaran el sueldo primero o le segunda que era el yo decir lo que espero ganar.
Pero a diferencia de lo que creerán tome la segunda decisión y me traté de poner en contacto con el Gerente de Capital Humano, sin embargo nunca me dio audiencia y no pude hablar con él acerca del sueldo que yo estaba esperando. Cuando llegó mi primer pago, me di cuenta que el sueldo era justo lo que yo queria ganar; y no se imaginan la emoción que tuve al verlo, pero a la vez me dio mucha tristeza porque pude entender que mi Dios pese a que no confié en él, nunca me desamparó y fue él quien puso en esta empresa el valor de lo que yo anhelaba como sueldo.
De esta manera te quiero ilustrar que Dios a pesar de que nosotros no pongamos a su consejo primero y decidamos actuar por nuestra cuenta, nos ayuda y nos permite muchas veces cumplir nuestros deseos. Pero así mismo, cuando no está en la voluntad de Dios que suceda algo en tu vida no te enojes, y mucho menos reniegues de él. Piensa que es por algo mejor, que tu Dios quiere lo mejor para ti, y tal vez no es el momento o no estás preparad@ para eso que pides.
"Deléitate en el Señor, y él te consederá los deseos de tu corazón"
Salmos 37:4
Dios te bendiga
DC
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