Sin duda alguna la muerte de un ser querido es un momento doloroso en nuestras vidas. Sin embargo cuando un ser querido fallece y este es un@ hij@ de Dios, a nosotros nos queda una paz en nuestro corazón, ya que sabemos que representa la firme convicción de que vivirá junto a nuestro Dios en la resurrección:
"Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir, pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después cuando él venga, los que le pertenecen."
1ra Corintios 15:22-23
Es por esta razón que como cristianos debemos hablar, no podemos quedarnos callados y no declarar la hermosa gracia que Dios nos regala gratuitamente a través de la salvación que es a su vez por medio de su hijo Jesús. Tenemos nuestro testimonio que es nuestra vida, es decir que seamos l@s primer@s en cambiar de actitud, dejar de pecar y demostrar que Jesús es nuestr@ salvador. Así nuestros familiares y amigos podrán ver cambios en nuestra vida, y les será más fácil creer que en Jesús está la salvación.
Es muy importante tomar en cuenta, que muchas personas no creen en el cielo ni en el infierno, y es aquí en donde nosotros debemos estar claros, ya que de acuerdo a su palabra:
“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre,
son las que Dios ha preparado para los que le aman”
1ra Corintios 2:9
"El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar. Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos que oiga."
Mateo 12:41-43
Y es esto lo que quiero decirte, que no debemos dejar de orar por nuestros seres queridos, para que sea Dios quien tome su vida; y así cuando les toque partir de esta tierra tener la convicción de que algún día los volveremos a ver y juntos adoraremos a nuestro Dios.
Hasta pronto Mamita Mery.